El concepto biodiversidad ha llegado para quedarse, este concepto utilizado en agricultura se está extendiendo cada vez más a las ciudades.
El desarrollo de las ciudades o zonas urbanas implica muchas veces el cambio completo del ecosistema de estas, disminuyendo considerablemente la biodiversidad autóctona presente en estos ecosistemas. De este modo se hace necesario crear nuevos modelos con enfoques ecosistémicos para la conservación y planificación de biodiversidad en los modelos urbanos.
Sin embargo, las ciudades están siendo consideradas como zonas importantes para la biodiversidad, ya que albergan numerosas zonas verdes con arbolado, arbustos y plantas con flor que sirven como refugio y alimento a diferentes especies de aves o insectos, tanto autóctonas como de fauna exótica.
Dentro de La Estrategia Europea para la Biodiversidad 2030, la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha resuelto la convocatoria de ayudas destinadas a ciudades de 20.000 habitantes o más para proyectos que contribuyan a un cambio del modelo de ciudad, basado en la sostenibilidad, incremento de infraestructuras verde y el fomento de Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN).
Para conseguir dicho plan debe ser una responsabilidad que se debe asumir desde los organismos gubernamentales de cada territorio y ser los encargados de realizar acciones para la conservación y diseño de estos, que bien ejecutados suponen beneficios para toda la población.
En este sentido destacamos la ciudad de Zaragoza, una de las pioneras en desarrollar estrategias de biodiversidad urbana donde desde el Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de esta ciudad se inició hace varios años un ensayo mediante la suelta de fauna útil (insectos beneficiosos) para minimizar los inconvenientes que generan en la ciudad plagas como la del pulgón, capaces de excretar melaza y manchas aceras y vehículos entre otros elementos urbanos. Antes de implantarlo con carácter general se realizaron pruebas en varias zonas concretas para hacer un seguimiento de la evolución de estos insectos útiles, comprobando su capacidad de establecerse y formar parte del ecosistema en el que se había introducido.
Pero, además de introducir los insectos beneficiosos año tras año, debemos ayudar a que la fauna útil se establezca de forma autosuficiente en nuestras ciudades y forme parte de la biodiversidad del ecosistema urbano. Para todo ello, se debe trabajar para «naturalizar las ciudades», reforzando las estructuras vegetales con plantas con polen y néctar y haciendo una gestión más ecológica, para conseguir un hábitat de calidad que favorezca el desarrollo de los procesos naturales y la salud de nuestras ciudades.
👉🏼 Destacamos algunos de los beneficios más importantes de fomentar la biodiversidad urbana:
🌱 Se genera más resiliencia frente al cambio climático.
🌎 Se regenera el aire contaminado.
🎧 Se produce un aislamiento térmico y acústico.
🩺 Mejora la salud y bienestar de la población.
☢️ Menos utilización de plaguicidas o insecticidas.
🐝 Mayor control biológico con insectos auxiliares.
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